miércoles, 22 de enero de 2014

LA NATACION, VALOR EMERGENTE DEL DEPORTE ESPAÑOL (Parte 1)

            La Natación española está de moda por méritos propios:


            Los recientes éxitos obtenidos por los nadadores españoles en las últimas grandes competiciones han hecho que los ojos de todo el deporte español se depositen sobre la piscina. La portentosa actuación de las chicas de la Natación sincronizada (que próximamente tendrán su propio “Descubriendo…” en este blog) en Londres’12 y Barcelona’13,


la Selección de Waterpolo femenino añadiendo el oro en los Mundiales de Barcelona’13 a la plata de Londres (ver http://espiritucafetero.blogspot.com.es/2013/06/descubriendo-el-waterpolo.html )


y la cosecha de medallas de la mano de Melani Costa (plata en los 400 libres en los Mundiales de Barcelona 2013), y la inconmensurable Mireia Belmonte (4 oros en los recientemente terminados Europeos de piscina corta de Herning, Dinamarca y las 2 platas y el bronce en los Mundiales de Barcelona 2013) han supuesto un espaldarazo tremendo a la Natación española…


            …pero es bueno echar en estos momentos la vista atrás y recordar a aquellos que durante muchos años han llevado la bandera española en sus gorros por las piscinas de todo el mundo.


            Desde la creación del primer Club de Natación en España en 1907 (el Club Natación Barcelona, de la mano de Bernat Picornell) hasta ahora ha llovido un poco, y muchos han sido los nadadores que han dado momentos de gloria a este país. Los primeros nadadores españoles en unos Juegos Olímpicos fueron Joaquín Cuadrada y Abelardo López, quienes junto a la selección de Waterpolo abrieron el camino del olimpismo a la Natación española en los Juegos de Amberes en 1920.

En esta foto, Bernat Picornell posa junto a la Selección nacional de Waterpolo que participó en los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920.

            Muchos grandes nadadores fueron pasando en las siguientes décadas, destacando entre otros Guillem Alsina o Santiago Esteva (padre), pero las medallas en eventos importantes tardaron en llegar. Fue Miguel Torres “El Konrads de Sabadell” quien se colgó al cuello la primera medalla para un nadador español en unos Campeonatos de Europa. Fue en Leipzig 1962 donde consiguió la plata en los 1500 metros libres, siendo únicamente superado por el húngaro Jozsef Katona. Su entrenador, Kees Oudigeest, fue uno de los responsables del crecimiento de la natación española en la década de los 60.

Miguel Torres

Miguel Torres

            Fueron muchos los nadadores que alcanzaron un gran nivel internacional durante esta década de los 60 y principio de los 70 como Joan Fortuny, Toni Codina, Jesús Cabrera o Nazario Padrón entre otros, y los éxitos empezaron a llegar. Jaime Monzó fue plata en los 200 espalda del Europeo de Utrecht’66, y una buena pléyade de grandes nadadores participaron el los JJOO de México 1968 (ver fotografía adjunta), pero sin duda la gran figura de la época fue Santi Esteva (hijo), que en los Europeos de Barcelona en 1970 se colgó cuatro medallas, tres de plata (100 y 200 espalda, y 400 libres) y un bronce (1500 libres). En mujeres una de las nadadoras más destacadas de esta época fue Mari Pau Corominas y María Ballesté.

Santi Esteva (izquierda) junto a sus compañeros de entrenamientos Gary Hall y Mike Stamm
Mari Pau Corominas

Santi Esteva


             Tras la hazana de Esteva en Barcelona se produjo un periodo de vacío en lo que a medallas internacionales se refiere, aunque hubo nadadores muy destacados como Jordi Comas, Natalia Mas (como curiosidad, años después fue entrenadora de Laura Roca), Pere Balcells, Montserrat Majó, Josep Pujol, Aurora Chamorro, Antonio Culebras, Magda Camps,… y muchos más.

Jordi Comas

            Y fue David López-Zubero quien consiguió la primera medalla olímpica para la natación española en Moscú’80. Su bronce en los 100 metros mariposa puso a este español nacido en Jacksonville y forjado en la Universidad de Florida en boca de todos.
           

            Se había formado un buen grupo de nadadores durante los primeros años de la década de los 80, y Rafael Escalas en los Europeos de Split de 1981 fue capaz de hacerse con la medalla de bronce en los 1500 libres. Y dos años después, en los Europeos de Roma’83 volvió a ser David López-Zubero quien logró la plata en los 100 mariposa.


            Aunque en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles’84 no hubo medallas en Natación, si se hicieron buenos puestos como el diploma olímpico conseguido por Ricardo Aldabe (7º en los 200 espalda). También disputaron aquellos Juegos los hermanos Juan Enrique y Rafael Escalas, Harri Garmendia, Enrique Romero, David López-Zubero, Javier Miralpeix y Juan Carlos Vallejo.

Ricardo Aldabe

Equipo nacional de Natación que participó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984

            En los Juegos de Seúl’88 llegó la segunda medalla olímpica de la Natación española de la mano de Sergi López, quien logró el bronce en los 200 metros braza. Durante esta década algunas de las mejores nadadoras españolas fueron Silvia Parera, Natalia Autric, María Luisa Fernández y Natalia Pulido.

Sergi López

            Llegado a este punto y, antes de empezar con la irrupción de Martín López-Zubero como gran figura mundial en 1989 y la primera medalla de la natación femenina en un Europeo por parte de Silvia Parera en 1993, voy a hacer un alto en esta particular cronología de la Natación española para tocar un aspecto mucho más personal y que todo deportista aspira conseguir…

Martín López-Zubero

Silvia Parera

            … porque si hay algo a lo que cualquier nadador de élite aspira es a participar en unos Juegos Olímpicos, el “Sueño Olímpico”, y quien mejor que alguien que ha estado en dos Olimpiadas, que ha disputado cuatro Mundiales y once Europeos, que ha sido Campeona de Europa en 4x200 libres en 2004, que ha sido plusmarquista nacional en varias ocasiones y 16 veces campeona de España, que ha conseguido siete medallas en los Juegos del Mediterráneo (cinco de ellas de oro) entre otros muchos logros alcanzados en sus 22 años de carrera deportiva como LAURA ROCA (@lauraroca4), que muy amablemente nos ha enviado este texto de su puño y letra, para contarnos como es esa experiencia única:


            “Es difícil comprender el esfuerzo que hace un deportista para conseguir sus metas, difícil de entender para una persona normal que un nadador se levante cada día a las 5 de la mañana para tirarse al agua a las 6…-¡¡Que locura!!- me decían mis compañeras de clase. Con tan sólo 12 años ya tenía esos horarios y disciplina a mis espaldas.

Fotografía gentileza de Laura Roca

            Perseguí un sueño, supongo que el de todo deportista, llegar a lo más alto: Participar en unos Juegos Olímpicos.


            Conseguí clasificarme en el Campeonato de Europa de Helsinki 2000. Fue en la semifinal de los 200 libres, en la que competí al lado de Martina Moravkova, la favorita de la prueba en aquel entonces. Pensaba que a partir de los 100 metros me dejaría, pero no fue así, le aguanté el ritmo y llegué a la pared con ella. Miré a la grada donde se encontraban todos mis compañeros de selección y los vi levantados, aplaudiendo con fuerza y emoción. Tenía claro que algo importante había logrado y así fue… Aparte del pase para la final del día siguiente, había conseguido la clasificación para los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.


            La preparación para Sydney fue dura. Tuvimos que entrenar todo el mes de agosto sin descanso, ya que los Juegos se celebraron en septiembre. Viajamos unas tres semanas antes de la competición para adaptarnos al cambio horario. Nos alojamos a unos 100 Km de Sydney, en la base militar australiana de Albury. Los días se hacían eternos. Era tanta la ilusión que teníamos por estar en la Villa Olímpica, por ir a la ceremonia de inauguración, por compartir comedor con los famosos,… que los minutos no avanzaban en los relojes.

            Pero llegó el día, la concentración de Albury se había acabado y tocaba trasladarse a la Villa Olímpica.

            Recuerdo que era como una ciudad en pequeño, las calles tenían nombres de animales y colores. Cada país estaba en una zona de un color distinto. Nos tocó una casita de 15 personas. Estábamos las nadadoras y el dúo de natación sincronizada. A los lados teníamos otras selecciones como las de Hockey Hierba, Voleibol, Balonmano, Tenis,…etc. Todo era alucinante, el comedor estaba formado por puestos de todos los tipos de cocina del mundo, y allí era donde nos concentrábamos en nuestro tiempo libre para tomar un café o conversar. Todo lo que descubríamos en la Villa era emocionante.

Fotografía gentileza de Laura Roca

            El día 15 de septiembre fue uno de los días soñados: Era la Ceremonia Inaugural. En nuestra casita se vivieron carreras, sesiones de peluquería improvisadas, planchado de uniformes, todo a toda prisa para estar guapas antes de las fotos de rigor.

            Nos trasladaron horas antes al recinto de gimnasia, que estaba al lado del Estadio. Allí nos sentaron ordenados por países. Spain, como os podéis imaginar, salía de los últimos. Eso significaba una hora más de espera.

Fotografía gentileza de Laura Roca

            Por suerte nos dejaron cambiar los zapatos del uniforme por unos más cómodos. Veíamos la salida de los países al desfile por una pantalla gigante. Todos estábamos nerviosos y con ganas de salir.

            El momento llegó. Nos vinieron a buscar los voluntarios que traían nuestra bandera. Le hicieron entrega de la misma a Manel Estiarte, él era nuestro abanderado, mítico en su deporte y, encima, del mundo del agua… No podíamos tener mejor representante.

Fotografía gentileza de Laura Roca

            Nos dirigimos a la puerta del Estadio, estábamos todos en el túnel esperando cuando por megafonía se oyó lo esperado: ¡¡ SPAIN !!. Estiarte se giró, nos miró y saltando dijo:

¡¡¡¡¡ Vamoooooooooosssssssssss Españaaaaaaaaa !!!!!



            Piel de gallina, lágrimas en los ojos; empezamos a caminar y las luces del Estadio nos nublaron la vista. Dios mío, el Estadio estaba a tope y todo el mundo nos saludaba eufóricamente. Es la sensación más bonita que he tenido en mi vida. Hicimos los 400 metros de la pista saludando sin cesar, gritando, haciéndonos fotos, compartiendo sensaciones… Mágico, como si estuviéramos caminando entre algodones. No hay palabras para poder describir lo que sentí.

Fotografía gentileza de Laura Roca

            Después se iniciaron las competiciones y la vida en la Villa Olímpica fue estupenda, pero nada sustituiría el momento del acto inaugural.

Fotografía gentileza de Laura Roca

            En décimas de segundo pasan por tu cabeza los momentos sufridos, las derrotas, los malos ratos, los bajones, las decepciones, el sacrificio, las cosas que has dejado a un lado,…etc. Pero sin duda, después de eso yo lo tuve claro: Haría lo que fuera necesario para participar en otros Juegos, me sacrificaría lo que me pidieran para repetir lo vivido.

            Lo luché durante 4 años más y lo conseguí!!!. Logré participar en mis segundos Juegos Olímpicos en Atenas 2004.

Fotografía gentileza de Laura Roca

Fotografía gentileza de Laura Roca

            Los sueños, a menudo, se hacen realidad, sólo hace falta desear algo con todas tus fuerzas y trabajar para ello.

Fotografía gentileza de Laura Roca

            Ahora, han pasado 10 años desde mi última participación en unos Juegos Olímpicos, y la pregunta típica que me hacen es: “Si volvieras atrás, ¿volverías a ser nadadora y pasarías por todo el sacrificio que pasaste?”. Dejo a los lectores acertar la respuesta”


Laura Roca”

            Tras leer este texto de Laura, para un simple apasionado del deporte como yo, hace que me conciencie mucho más del sacrificio que realizan los deportistas de élite y el valor que tienen sus éxitos, de las horas y horas de entrenamientos, de los reveses que suponen las lesiones, de los malos momentos cuando no llegan los resultados deseados, y que en el mejor de los casos finalmente logran hacer cumplir sus sueños.


            Próximamente escribiré la segunda y definitiva parte de este artículo, centrándome en los logros de la Natación española en los últimos veinticinco años.





Otros artículos sobre Natación en este blog:



Ignacio Ortiz
@00CAFETERO

sábado, 4 de enero de 2014

ATLETISMO: LANZAMIENTO DE DISCO

            Para empezar este nuevo año 2014 y tras una serie de vicisitudes personales, vuelvo a escribir sobre Atletismo, y lo voy a hacer con una de las pruebas de lanzamiento más genuina: El Lanzamiento de Disco.


            Ya desde la Grecia clásica esta era una de las pruebas más populares, como demuestra la famosa escultura de Mirón “El Discóbolo”, realizada hacia el año 450 a.C., y que aunque no se conserva la estatua original, si existen varias copias en mármol talladas en época romana.


            Como curiosidad, el “Discóbolo” sirvió de inspiración a Salvador Dalí para uno de sus óleos, “El Atleta Cósmico”, una interpretación surrealista de gran belleza que se encuentra en el despacho del rey Juan Carlos I en el Palacio de la Zarzuela desde la década de los 80, ocupando un lugar privilegiado en el mismo.


            Como introducción, decir que el Lanzamiento de Disco se realiza desde un círculo de 2,5 metros de diámetro y debe aterrizar dentro de un sector de ángulo 34,92º. El disco es un círculo de madera rodeado de metal que se debe lanzar con una sola mano, siendo su medida y peso diferente para hombres (22 cm de diámetro y 2 Kg de peso) y mujeres (18 cm de diámetro y 1 Kg de peso).


            Esta disciplina formó parte de las pruebas atléticas de los Primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, Atenas 1896, (aunque las mujeres no participaron hasta 1928) donde tuvo lugar un apasionante duelo entre el griego Panagiotis Paraskevopoulos, poseedor de la primera marca aceptada en esta disciplina con 28,955 (lanzó en tres ocasiones por encima de 28 metros) y el estadounidense Robert Garrett, que con un lanzamiento de 29,15 se hizo con el oro olímpico.


            Antes de llegar a la época que he conocido, me gustaría hacer mención de uno de los considerados mejores lanzadores de disco de todos los tiempos, el estadounidense Alfred “Al” Oerter. Consiguió la medalla de oro en 4 Juegos Olímpicos de manera consecutiva, entre Melbourne 1956 y México 1968. Batió cuatro veces el record mundial. Su mejor marca la consiguió con 43 años, en 1980, cuando lanzó 69,46 metros.




            La mayor proeza de Al Oerter sucedió en los JJOO de Tokio’64. Antes de los Juegos, Oerter sufrió una grave y dolorosa lesión de espalda que le obligaba a llevar un aparato ortopédico. Al llegar a Tokio sufrió una caída que le provocó un desgarro de cartílagos en el costado derecho, lo que no impidió que, con collarín y la recomendación de los médicos de no competir, batiese el record olímpico en la clasificación con 60,54.


            Ya en la final, intentó un primer lanzamiento largo para intentar no volver a lanzar, pero fue superado por el checo Danek y su compatriota Weil. Con tremendos dolores se lo jugó todo a un lanzamiento, el quinto, alcanzando los 61,00 metros, tras lo que cayó al suelo durante un rato quedando inmóvil por el dolor. Consiguió el oro, y tras la prueba dijo sobre ese mítico quinto lanzamiento: “Me sentí como si alguien estuviera tratando de arrancar mis costillas, pero en los Juegos hay que morir”.



            La primera gran competición de Disco que recuerdo es la correspondiente a los Mundiales de Helsinki 1983, los primeros, siendo el oro en categoría masculina para el checoslovaco Imrich Bugar y en categoría femenina para la alemana democrática Martina Hellmann.


            Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles’84 estuvieron marcados por el boicot de los países del este, dominadores de esta prueba, siendo el oro para el alemán federal Rolf Danneberg y la holandesa Ria Stalman.


            Los récords mundiales vigentes de Lanzamiento de Disco proceden todavía de esta época, estando el masculino en posesión del lanzador por aquel entonces alemán democrático Jurgen Schult desde el 6-6-1986 con 74,06 metros y el femenino lo posee desde el 9-7-1988 la también alemana democrática Gabriele Reinsch con 76,80 metros.


            En los Mundiales de Roma’97 y en las Olimpiadas de Seúl’88 el lugar más alto del podio lo alcanzaron Jurgen Schult y Martina Hellmann en ambos eventos, prueba de su superioridad en aquella época en las grandes competiciones.


            En los Juegos de Barcelona 1992 fue el lituano Roman Ubartas quien dio la sorpresa al imponerse al recordman mundial Jurgen Schult por 18 centímetros, mientras que entre las mujeres el oro fue para la cubana Maritza Martén, que superó los 70 metros.


            El alemán Lars Riedel fue el gran dominador del Disco en la década de los noventa, consiguiendo cuatro títulos mundiales de manera consecutiva entre 1991 y 1997.




            La prueba femenina estuvo mucho más competida, siendo cuatro lanzadoras diferentes las que lograron el oro mundial en las ediciones que lo hizo Riedel: la búlgara Cvetanka Hristova en Tokio’91, la rusa Olga Burova en Stuttgart’93, la bielorrusa Ellina Zvereva en Goteborg’95 y la neozelandesa Beatrice Faumuina en Atenas’97.



            Atlanta’96 supuso la consagración olímpica de Lars Riedel al hacerse con el oro que ansiaba tras sus tres primero títulos mundiales y sólo ser 14º en Barcelona cuatro años antes. La también alemana Ilke Wyludda, una de las mejores discóbolas de la década pero que sólo había podido ser plata en los mundiales de 1991 y 1995, se hizo con el oro olímpico.



            En los Mundiales de Sevilla 1999 se produjo una gran sorpresa al imponerse el estadounidense Anthony Washington a los favoritos alemanes Jurgen Schult y Lars Riedel, que fueron plata y bronce respectivamente. En mujeres se produjo la gran irrupción de la alemana Franka Dietzsch, que venía de ser campeona de Europa un año antes, logrando el oro con gran superioridad.



            El lituano Virgilijus Alekna (por delante de Lars Riedel) y la bielorrusa Ellina Zvereva fueron los vencedores en la prueba de los JJOO de Sydney 2000. El lituano Alekna repitió el oro cuatro años después en Atenas 2004, siendo el oro femenino en esta ocasión para la rusa Natalya Sadova, que había sido plata en Atlanta’96.



            Los Mundiales de Edmonton 2001 vieron coronarse por quinta vez a Lars Riedel en el que sería su último gran oro. En mujeres, inicialmente el oro fue para Natalya Sadova, pero fue desposeída de la medalla al dar positivo por doping, la gran lacra de este deporte, por lo que la medalla pasó a Ellina Zvereva.




            En Paris 2003 Alekna se hizo con su primer título mundial gracias a un lanzamiento de 69,69 metros. En categoría femenina fue la bielorrusa Irina Yatchenko quien se hizo con el oro. Comentar que Yatchenko consiguió el bronce en Atenas 2004, pero fue desposeída de la misma al dar positivo en control antidoping.



            Alekna volvió a repetir el oro en los Mundiales de Goteborg 2005, demostrando ser el gran dominador de la especialidad en el primer lustro del siglo XXI. En Osaka 2007 el oro obtenido por el estonio Gerd Kanter. La medalla de oro de estos dos Mundiales en chicas fue Franka Dietzsch (en Osaka 2007 tenía ya 39 años), triple campeona mundial con el que obtuvo en Sevilla.





            En Pekín 2008 el oro fue para Gerd Kanter por delante del polaco Piotr Malachowski y de Alekna. De sorpresa también se podría calificar la victoria de la estadounidense Stephanie Brown-Trafton, en parte gracias a la retirada de Dietzsch.



            Y llegó la “Era Robert Harting”, puesto que el alemán se ha hecho con el oro en las últimas grandes competiciones disputadas, los Mundiales de Berlín’09, Daegu’11 y Moscú’13, así como los JJOO de Londres’12.



         En sus últimas celebraciones el habitual verlo hacer el “Hulk”, destrozando su camiseta de competición.



            En categoría femenina las medallas de oro han sido más repartidas, alzándose con ellas la australiana Dani Samuels en Berlín’09 y la china Li Yanfeng en Daegu’11.



            Y actualmente estamos posiblemente en una “Era Sandra Perkovic”, la gran dominadora actual de la especialidad: Campeona Olímpica en Londres’12 y campeona mundial en Moscú’13, además de los dos últimos europeos.



            Si hablamos de Lanzamiento de Disco en España estamos hablando del tinerfeño Mario Pestano, magnífico lanzador que posee el record nacional con unos impresionantes 69’50.



            También debemos destacar las grandes actuaciones en los últimos años del lanzador de origen cubano Frank Casañas, que defendiendo los colores de España fue quinto en Pekín’08 y séptimo en Londres’12.



            Las dos mejores lanzadoras españolas de la historia son la plusmarquista nacional Ángeles Barreiro y la lanzadora de origen checo Alice Matejkova.


Ignacio Ortiz

@00CAFETERO