viernes, 11 de octubre de 2013

ATLETISMO: SALTO DE LONGITUD (PARTE 2)

            Continuando por donde me había quedado en la primera parte de este post, es decir, por los Mundiales de Goteborg 1995 (http://espiritucafetero.blogspot.com.es/2013/09/atletismo-salto-de-longitud-parte-1.html), voy a dar un pequeño salto atrás en el tiempo para revivir un par de momentos del gran Iván Pedroso.



            Previamente a la disputa de los citados Mundiales (donde saltó 8’70), Iván Pedroso había hecho unas impresionantes marcas que son parte de su historia. El 18 de Julio en Salamanca hizo la que a la postre es su mejor marca homologada, 8’71 metros. Unos días después en la altura de Sestriere, el 29 de Julio, logró saltar la impresionante marca de 8’96 que hubiera supuesto un nuevo record mundial, puesto que la medición del viento fue de +1’2 m/s, pero el hecho de que durante toda la jornada el viento fue superior a los 4 m/s levantó sospechas.


            Finalmente esta marca no fue homologada porque se demostró que la medición del viento había sido falseada, puesto que cuando Pedroso iba a saltar una persona se situaba junto a la entrada del aire en el anemómetro, lo que invalidó la marca de Pedroso pero no su magnífico salto.


            Los Juegos Olímpicos de Atlanta planteaban una gran lucha entre la vieja guardia encabezada por Carl Lewis y Mike Powell, y la nueva guardia con Iván Pedroso y James Beckford como principales exponentes. Carl Lewis, tras no clasificarse para las pruebas de velocidad, afrontaba la búsqueda de su noveno oro olímpico, y cuarto consecutivo en salto de longitud, en los que serían sus últimos juegos, y con un salto de 8’50 se alzó con el ansiado metal dorado, superando al jamaicano James Beckford (8’29) y a su compatriota Joe Greene (8’24). El plusmarquista mundial Mike Powell sólo pudo ser quinto con 8’17, pero la decepción vino de la mano de Iván Pedroso que fue duodécimo con unos pobres 7’75. El español Jesús Oliván no pudo pasar la clasificación con 7’64.



            En categoría femenina, la sorpresa la protagonizó la nigeriana Chioma Ajunwa, quien contra todo pronóstico superó con 7’12 a la campeona mundial Fiona May (7’02) y a la ya veterana Jackie Joyner-Kersee (7’00), plata y bronce respectivamente.



            Los siguientes mundiales, Atenas 1997, supusieron la reválida de Iván Pedroso, puesto que el cubano, con los 8’42 que consiguió en su primer salto (el resto fueron cuatro nulos y un 7’60) se hizo con el oro, superando por sólo 4 centímetros al estadounidense Erick Walder (8’38, plata), siendo el bronce para el ruso Kirill Sosunov con 8’18.



            La rusa Lyudmila Galkina se hizo con el oro en féminas con un salto de 7’05, siendo la plata para la saltadora local Niki Xanthou con 6’94 y el bronce para la italiana Fiona May con 6’91.


            Fue una prueba muy reñida, y algunas de las grandes se quedaron sin medalla, como por ejemplo Heike Drechsler (4ª), Jackie Joyner-Kersee (5ª), la alemana Susen Tiedtke (6ª), Marion Jones (10ª) o la campeona olímpica Chioma Ajunwa (12ª).



            Los siguientes Mundiales se celebraron en Sevilla y en categoría masculina ofrecieron una de las mejores finales que ha habido con el duelo entre Pedroso y el español Yago Lamela. Era muy esperado, sobre todo teniendo en cuenta lo que había sucedido en los mundiales de pista cubierta de Maebashi (Japón) de ese mismo año cuando Yago Lamela batió el record europeo bajo techo (8’56, record que duró hasta 2009) y obligó a Pedroso a saltar 8’62 para conseguir el oro.



            Ya desde la clasificación se veía que las medallas se iban a vender caras, y vaya si lo fueron. En la final, nuestro Yago Lamela dio el primer golpe al ponerse líder tras la primera ronda de saltos con 8’34 por los 8’19 de Pedroso y los 8’20 del tercero en discordia, el esloveno Gregor Cankar. Lamela hizo nulo en el segundo pero se mantuvo en cabeza, viendo reducida su ventaja a uno y dos centímetros (8’33 Pedroso y 8’32 Cankar). Pero fue en el tercer salto cuando el cubano dio el zarpazo definitivo volando hasta los 8’56. Lamela y Cankar no estaban dispuestos a rendirse, y saltaron en el cuarto 8’40 y 8’36 respectivamente.



            Pedroso rehusó a saltar en el cuarto e hizo 5’76 en el quinto. Cankar ya no pudo más, y Lamela hizo un último intento llegando en el sexto hasta los 8’39. Pedroso se hacía con el oro (su tercero consecutivo en mundiales), Lamela plata, Cankar bronce, cuarto y quinto fueron los australianos Jai Taurima (8’35 en su sexto intento) y Shane Hair con 8’24 en lo que fue un magnífico concurso de salto.



            Niurka Montalvo se había nacionalizado recientemente como española y afrontaba el reto de los Mundiales de Sevilla en busca de medalla. Le costó en la clasificación, pero en la final empezó con unos muy buenos 6’80 que la colocaban segunda tras su gran rival, la italiana Fiona May, con Marion Jones al acecho. May amplió su ventaja en el tercero con 6’94, pero Montalvo no llegaba a alcanzarla con 6’88 en el cuarto. Niurka se lo iba a jugar todo en el sexto, y con un talonamiento perfecto (la punta de su zapatilla parecía rebasar la línea de batida, pero no hubo marca en la plastilina) voló hasta los 7’06 que le daban el oro. May se tuvo que conformar con la plata (protestó la validez del salto de Niurka) y Marion Jones consiguió el bronce con 7’83, siendo Galkina cuarta.





            Los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 le darían al cubano Iván Pedroso su primer y único oro olímpico, cuando con 8’55 batió en su último intento al saltador local Jai Taurima, que había conseguido 8’49 en su quinto salto. El bronce fue para el ucraniano Roman Shchurenko con 8’31.



            La alemana Heike Drechsler volvió a reinar y se hizo con el oro olímpico tras un salto de 6’99, relegando a Fiona May a la medalla de plata, siendo el bronce originalmente para la estadounidense Marion Jones, medalla de la que años después fue desposeida tras confesar su dopaje, por lo que le fue concedida a la cuarta en aquella competición, la rusa Tatyana Kotova.



            Los Mundiales de Edmonton 2001 supusieron el último gran oro para el cubano Iván Pedroso, y su cuarto consecutivo en Campeonatos del Mundo. Su salto de 8’40 le concedió el oro, siendo la plata para el estadounidense Savante Stringfellow con 8’24 y el bronce para el portugués Carlos Calado con 8’21.

           

               Hace unos días, tras leer la primera parte de este post, el grandísimo velocista español Ángel David Rodríguez (@ADRpajaro en Twitter) me comentaba por Twitter lo siguiente con respecto a Iván Pedroso:

            Vi en la Peineta un nulo por los pelos de Pedroso de 9 y en la segunda fila delante del foso. Tenía 16 años. Aún flipo 



            Y luego me añadió:

            Hablado con Iván años después “Yo quería saltar 9 metros aunque fuese ventoso 


            La italiana Fiona May se tomó la revancha de lo ocurrido en Sevilla y se hizo con el oro en Edmonton tras superar con 7,02 por un solo centímetro a la rusa Tatyana Kotova. El bronce fue para la española Niurka Montalvo con 6’88.



            Los Mundiales de Paris 2003 daban paso a una nueva era, ya sin Pedroso como principal candidato, siendo la circunstancia aprovechada por el estadounidense Dwight Phillips para lograr el oro con un salto de 8’32, siendo la plata para un rejuvenecido James Beckford con 8’28 y el bronce para el español Yago Lamela, que con 8’22 se hacía con otra medalla mundial tras un largo periodo de lesiones.





            En la prueba femenina se produjo la sorpresa por parte de la heptatleta francesa Eunice Barber (había sido oro mundial en la prueba combinada en Sevilla 1999) que con una marca de 6’99 venció con absoluta claridad a la rusa Tatyana Kotova que fue plata con 6’74 y el bronce fue para la también sorprendente india Anju Bobby George con 6’70. La española Concha Montaner fue duodécima en esta prueba con 6’37.



            En la próxima entrega el repaso será desde los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 hasta la actualidad…


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Ignacio Ortiz

@00CAFETERO

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